¡Ya tengo 8 años!

Lilypie Kids Birthday tickers

martes, 20 de agosto de 2013

Ibiza en Ibiza

¡Si! ¡Por fin he estado en “mi isla”! y ¡me ha encantado!, claro no podía ser de otra manera, je je.
He descubierto que tengo el espíritu de la isla porque soy muy hippie y además me encanta bailar y allí suena música por todas partes, así que me lo pasé genial, la verdad.
No pudimos recorrer todas las playas de la isla, porque tiene muchas, pero vimos unas cuantas y todas me gustaban mucho porque tenían el agua calentita y las olas eran muy suaves así que nos podíamos subir a la colchoneta y estar rato y rato en el agua tan a gusto. Pero además, el agua era tan transparente que se veía el fondo y los pececillos nadando en todas las playas, era una maravilla. Un día cogimos un patín y aunque nos alejamos un montón de la orilla el agua seguia tan transparente que veíamos las rocas del fondo y las plantas y todo, y nos lo pasamos genial tirándonos desde el tobogan a ese agüita tan estupenda.

Algunas de las playas también tenían rocas así que podíamos ir por ellas de “aventura” que a mí me gusta mucho porque es muy emocionante. En una de ellas hasta nos tiramos al agua desde una roca, papá y mamá desde arriba del todo y yo desde más abajo pero fue alucinante.
Además, por fin conocí el helado de chocolate más rico del mundo, mamá tenía razón, está buenísimo y es que es de chocolate fondant con unos trozos enormes de chocolate negro y encima muy cremoso así que estaba para chuparse los dedos (cosa que en mi caso era imprescindible cuando lo acababa, je je). También conocí el café Ibiza (no es que lo tomara, es que lo veíamos en las tiendas), los frutos secos Ibiza Forever (podéis ver una foto donde los estoy comiendo), y un montón de cosas "mías".
Por supuesto, estuvimos en Ibiza capital, me gustó mucho porque tiene murallas, una puerta levadiza, y unos túneles muy misteriosos; también estuvimos en un mercadillo hippie, uno enorme donde me pintaron tan guapa como veis arriba; y también en una playa donde había gente tocando música allí mismo y la gente bailaba (y yo también, claro),  y al mismo tiempo se iba poniendo el sol sobre el mar, ¡fue chulísimo! Y entre una cosa y otra, yo hacía un número de desaparición alucinante, mirad mirad:

Pero también había ferias y me subí por primera vez (y por segunda, y porque mis padres no me dejaron más veces que si no, no bajo, je je)  a una colchoneta con gomas de esas que te atan y saltas muy alto, y fue superguay, y también a los autos de choque de mayores con mamá,  no veáis como le gusta chocarse, pero como iba conmigo tenía cuidado, claro.

Y el apartahotel donde estábamos había una piscina estupenda donde aprendí a bucear, y ¿como aprendí?, pues buceando y buceando sin parar, y desde entonces, es lo que más me gusta en el agua, je je. Además había algunos espectáculos como el de loros que me gustó mucho o el de un mago transformista que me sacó a mí de ayudante en un número de magia, a mamá en otro y a papá en una broma musical en la que sacó a 4 hombres a bailar el YMCA, y a papá le toco hacer de indio, je je. En fin, que nos lo pasamos genial de día y de noche porque me acostaba supertarde, la verdad, aunque agotada, porque no parábamos en todo el día. 
En fin, supongo que me dejo cosas pero como una imagen vale más que mil palabras podéis ver un resumen fotográfico del viaje a la derecha, espero que os guste. Y además, para despedirme, os dejo este saludito desde la isla.

 
Muchos besotes.